Lo que dejó Triplemanía XXVI

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Lo que dejó Triplemanía XXVI

Lo que dejó Triplemanía XXVI va más allá de la pérdida de una máscara, dejó lo que toda empresa quiere, evento con evento.

Para los aficionados de redes sociales, la afrenta estaba más que cantada: Psycho Clown contra el Hijo del Fantasma eran los que terminarían apostando la máscara. Pentagón Junior y L.A. Park únicamente irían de relleno.

El tiempo demostró que no sería así. Pentagón decidió que no buscaría problemas gratuitos y fue el primero en escapar. Luego, contra la probabilidad, Psycho Clown tomó rumbo hacia lo alto de la jaula.

Fantasma y Park brindaron una de las luchas más cardíacas del tiempo que duró la rivalidad del Póker de Ases. Sangre, máscaras rotas y tres palmadas para el licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Anáhuac. Jorge Luis Alcántar Bolly tuvo que despojarse de la tapa.

Esto también abre la puerta a una lucha de apuestas con Rush, la que todo mundo esperaba para el 85 Aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL). Pero también contra Wagner, que llegó a retarlo, tras la lucha.

A destiempo, ambas. Con Rush, era el escenario perfecto, por la importancia del aniversario; por la importancia del recinto; por la importancia que tiene el hecho de protagonizar dos eventos magnos, del CMLL y de Lucha Libre Triple A, en un mismo año.

Con Rey Wagner debió ser antes de que se convirtiera en Rey. Lo demás es historia.

También dejó algo que en Estados Unidos llaman botch.

Triplemanía XVI, en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. El Zorro contra Cibernético en el evento estelar, por el Megacampeonato Unificado de Peso Completo. Joaquín Roldán (que en paz descanse) fungía como second de Ciber; Konnan en la esquina del Profeta.

Cerca del final de la batalla, el cubano aventó al otrora director general de la Tres Veces Estelar hacia uno de los esquineros. Le rompió la nariz y le tiró algunos dientes por la fuerza del impacto.

Triplemanía XXVI, en la Arena Ciudad de México. Jeff Jarrett, defendiendo el propio Megacampeonato Unificado de Peso Completo, salió del cuadrilátero y Marisela Peña, presidenta de la Caravana Estelar, le lanzó una cerveza en la cara al Rey de la Montaña.

Acto seguido, Fénix se lanzó en tope con giro hacia afuera. La propia fuerza con la que se proyectó el enmascarado provocó un golpe en la humanidad de la propia presidenta. De manera inmediata, fue retirada de primera fila; se perdió la lucha de máscaras.

Mas no sólo eso, sino que dejó una arena menos llena de lo que se registró en la edición de plata del evento. En la Triplemanía XXV, los números rondaban los 20 mil asistentes al local de Azcapotzalco; mientras que, con evidentes huecos en las gradas, en TMXXVI se refirió a 17 mil personas que ocupaban un sitio en la arena.

Finalmente, de las diez luchas que tuvieron lugar, la que sostuvieron Chessman, Super Fly y Averno contra Juventud Guerrera, Teddy Hart y Jack Evans fue la más abucheada. Al grado del grito de “¡otra lucha!” por parte del respetable.

Lo que dejó Triplemanía XXVI va más allá de la pérdida de una máscara, dejó lo que toda empresa quiere, evento con evento. Triplemanía XXVI dejó polémica que tendrá al evento en boca de todos.

¿Qué consideras que dejó Triplemanía? Déjalo en los comentarios y en @MauRebollo21. Mientras tanto, hablemos el idioma de los gladiadores. Hablemos lucha.

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